En Japón siempre hay grandes ideas, en general se relacionan con la electrónica de consumo y su catarata de aparatos que nos sorprenden y agudizan nuestra imaginación, pero los orientales también se dan tiempo para incursionar en otros rubros y desarrollar alternativas impensadas.
En 2006, un grupo de hombres ideó un proyecto de vanguardia para coronar la decoración de un bar de Tokio. El invento se llamó Waterfall y no es otra cosa que una barra de bar que aún cuando cumple la tradicional función de servir de apoyatura para los vasos y platos impacta por su diseño de vangurdia.
Estos tíos querían algo original, algo que se apartara de todo lo conocido. Por eso pensaron en utilizar un material que nadie hubiera usado hasta el momento y así tuvieron la brillante idea de crear una barra de ¡agua! Bueno, o casi, lo cierto es que se valieron de un gran bloque de vidrio óptico, un material muy utilizado en grandes telescopios, y luego aplicaron una técnica especial para dar el efecto del agua y de la corriente fluyendo y formando una cascada. El sistema se complementa con un conjunto de luces que reflejan en el vidrio.
La arquitectura del salón estuvo a cargo de Tadeo Ando mientras que el diseño de la “cascada” fue el fruto de Tokujin Yoshioka y las instalaciones estuvieron a cargo de Olafur Eliasson. No hay dudas de que se trata de un proyecto innovador, aún no logra competir con el conocido hotel de hielo pero comienza a hacerle competencia.