El exotismo de Oriente es motivo de atracción e importante influencia en distintos rubros del arte. Y la decoración no podía ser la excepción.
Una de las más ricas manifestaciones de esta parte del mundo es la cultura hindú. Su esencia consiste en una profunda religiosidad expresada a través de un brillo y colorido singulares. Si queremos inspirarnos en este tema para ambientar nuestra casa, sugiero tomar una habitación específica y combinar algunos de sus elementos con objetos minimalistas, a fin de que no luzca recargado (aunque si somos fans de dicha cultura o practicamos el hinduismo, nuestro estilo se vería bien reflejado).
Entre los ornamentos más distintivos se encuentran las figuras que representan divinidades. Por ejemplo, la diosa Ganesh -famosa por su cabeza de elefante- se debe ubicar en la entrada o sala en señal de bienvenida. De ahí se deriva el uso de un elefante negro como símbolo de felicidad y buena suerte, que se puede colocar hasta en espacios más formales como el estudio por su elegante presencia.
Otros elementos que le van muy bien a la sala son los jarrones de mármol pintados a mano con la imagen de algún dios, los tapices de hilos dorados para el piso y los que tienen pequeños espejos a manera de cuadros en la pared.
Los cojines de telas multicolor pueden ir en cualquier lugar de reposo. Combinados con incienso ambientan a la perfección espacios más íntimos como el dormitorio, cuyo tocador resaltaría su encanto con un bello cofre tallado en madera.
Una de las más ricas manifestaciones de esta parte del mundo es la cultura hindú. Su esencia consiste en una profunda religiosidad expresada a través de un brillo y colorido singulares. Si queremos inspirarnos en este tema para ambientar nuestra casa, sugiero tomar una habitación específica y combinar algunos de sus elementos con objetos minimalistas, a fin de que no luzca recargado (aunque si somos fans de dicha cultura o practicamos el hinduismo, nuestro estilo se vería bien reflejado).
Entre los ornamentos más distintivos se encuentran las figuras que representan divinidades. Por ejemplo, la diosa Ganesh -famosa por su cabeza de elefante- se debe ubicar en la entrada o sala en señal de bienvenida. De ahí se deriva el uso de un elefante negro como símbolo de felicidad y buena suerte, que se puede colocar hasta en espacios más formales como el estudio por su elegante presencia.
Otros elementos que le van muy bien a la sala son los jarrones de mármol pintados a mano con la imagen de algún dios, los tapices de hilos dorados para el piso y los que tienen pequeños espejos a manera de cuadros en la pared.
Los cojines de telas multicolor pueden ir en cualquier lugar de reposo. Combinados con incienso ambientan a la perfección espacios más íntimos como el dormitorio, cuyo tocador resaltaría su encanto con un bello cofre tallado en madera.
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