Este estilo se basa en lo exótico y simple de esta cultura milenaria. Se utilizan elementos decorativos alusivos a esta cultura (murales, fuentes, inciensos, etc), el contraste de texturas (piedra, papel, madera) y la infaltable presencia de la naturaleza (flores, piedras, agua). Todo se ubica en total equilibrio, con el concepto del yin y el yang como el balance de las energías del ambiente. La decoración de las paredes es un aspecto esencial. Los colores que mayor pueden entonar con este estilo son el blanco, el lavanda o el lila. Incluso el color tostado puede ser adecuado. Eso sí, todos ellos ofreciendo una sensación de armonía. Recordemos, que alcanzar la armonía y el equilibrio es la pauta principal que debemos seguir. Existen algunos complementos que pueden ayudarte mucho a crear ese ambiente de relajación y equilibrio que deseas alcanzar. Las velas y el incienso son dos elementos importantes. Las velas con aromas suaves te serán muy útiles, pues los aromas suaves invitan a la relajación. Las mesas bajas también pueden ser un complemento ideal para tu estilo oriental.
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