En las ciudades, las casas son cada vez mas pequeñas y el espacio es un bien escaso que debemos aprovechar. El baño, ya pequeño por definición, se encuentra invadido por la bañera, ese mastodonte infrautilizado, que si valoramos el tiempo de uso y el espacio que ocupa, podemos afirmar que es un lujo que no nos podemos permitir.
Para combinar el aprovechamiento del espacio y la higiene personal, tenemos la bañera plegable, realizada en goma, que queda recogida sobre la pared con una anchura de 12 cm, por lo que únicamente ocupa espacio mientras la utilizamos.
Al ser de goma debe ser agradable introducirse en ella, especialmente en invierno, con esa loza fría, gélida, que provoca que un escalofrío recorra mi espalda sólo de pensarlo; pero este cálido entorno no creo que sea lo suficientemente sólido para poder compartirlo con nuestra pareja, no quiero pensar en la bañera llena rompiéndose e inundando la estancia cambiando el jugueteo erótico por un cubo, un mocho y un buen rato recogiendo agua.
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