¿Sabías que la luz natural aporta múltiples beneficios a tu familia?
Nuevas investigaciones revelan que algo tan simple como instalar nuevas ventanas y añadir luz natural a nuestro hogar puede tener efectos positivos en nuestro reloj biológico y en nuestra salud en general.
Se sabe ya que la luz natural influye en nuestra sensación de espacio, de confort y hasta en nuestro humor. Sin embargo, el aumento de luz natural en los edificios puede proporcionar muchas m
ás ventajas además de levantarnos el ánimo y conseguir que nuestro hogar resulte más atractivo, como demuestra un nuevo estudio basado en las investigaciones de la universidad de Loughborough, École Polytechnique Fédérale de Lausanne y el Grupo VELUX.
No solamente tras instalar nuevas ventanas se produce un gran ahorro del consumo de luz artificial...
EL SOL COMO MEDICINA
A principios del siglo XX, las herramientas de la medicina eran escasas, y debían aprovechar las que ofrecía la naturaleza, siendo el sol una de ellas.
Muchos hospitales y sanatorios sacaban las camas al exterior, porque sabían que el sol ofrecía curación. En un mundo sin antibióticos, el sol era una de las pocas estrategias conocidas contra enfermedades como la tuberculosis. Hoy sabemos que la luz solar refuerza por ejemplo nuestra inmunidad innata, ayudando a combatir la bacteria causante de la tuberculosis.
Con el avance de la medicina convencional nos olvidamos de la luz natural, pero sigue siendo fundamental. Los pacientes en habitaciones con ventanas sufren menos mortalidad y se recuperan antes de su enfermedad. Tras someterse a una cirugía, los pacientes en habitaciones soleadas reportan menos dolor y requieren menos analgésicos.
Pero nuestra relación con los ciclos naturales de luz y oscuridad cambió en poco tiempo de manera radical. Nos exponemos a menos luminosidad durante el día y a menos oscuridad durante la noche, desajustando nuestro reloj biológico.
BENEFICIOS DE LA LUZ NATURAL
Muchos beneficios de la luz natural se obtienen a través de los ojos, pero necesitamos también exponer la piel. La radiación ultravioleta regula la producción de múltiples moléculas y hormonas al contactar la piel, que podría considerarse un órgano endocrino más.
1. MEJOR RITMO CIRCADIANO Y DESCANSO
Durante toda nuestra historia, el comienzo de la jornada lo marcaba el sol, no el despertador. La luz de la mañana sincroniza nuestro ritmo circadiano, optimizando el funcionamiento de toda nuestra fisiología .
2. MEJOR RENDIMIENTO COGNITIVO Y MAYOR PRODUCTIVIDAD
La luz natural era la señal ancestral que marcaba nuestro periodo de actividad. Activa por tanto nuestro cerebro y nos mantiene atentos.
3. MENOS DEPRESIÓN
A lo largo de nuestra historia, días cortos y oscuros se asociaban a inviernos duros, y evolutivamente tenía sentido desarrollar una ligera depresión, que ahorraba energía al inducir una especie de hibernación. Es lo que se conoce hoy como trastorno afectivo estacional, prevalente especialmente durante el invierno. Aunque en cierto grado es normal, hoy magnificamos su efecto perverso al recluirnos en espacios interiores.
4. MEJOR SALUD VISUAL
La miopía es un trastorno poco común en sociedades ancestrales, pero alcanza proporciones epidémicas en la población moderna. En España, el 60% de los jóvenes son miopes, superando el 80% en varios países asiáticos.
Aunque múltiples factores contribuyen a este aumento, menos acceso a luz natural parece ser el principal. Los niños pasan en exteriores la mitad de tiempo que hace solo unas décadas.
5. MENOS ENFERMEDADES AUTOINMUNES
Desde hace tiempo se conoce la relación entre déficits de vitamina D y mayores tasas de enfermedad autoinmune, que son además más comunes en países con menor exposición solar.
6. MENOS ENFERMEDAD CORONARIA
Cuando los rayos ultravioleta del sol contactan nuestra piel, se libera óxido nítrico en sangre, reduciendo la presión arterial y el riesgo de enfermedad cardiovascular.
7. AYUDA A ADELGAZAR
La obesidad es multifactorial, pero pocos piensan en el déficit solar como un factor adicional.
Por un lado, hay relación inversa entre niveles de vitamina D y obesidad, y suplementar a personas con déficit reduce por ejemplo la resistencia a la insulina.
Pero como vimos, el sol es mucho más que vitamina D, y estudios en animales indican que es probablemente más importante el efecto de la radiación ultravioleta sobre la piel, previniendo el desarrollo de obesidad y síndrome metabólico a través de distintas vías: mejor sensibilidad a la insulina, reducción de grasa hepática y mayor producción de óxido nítrico. Y todo apunta a que lo mismo ocurre en humanos.
Recuerda que tus genes evolucionaron en un hábitat donde se alternaba brillante luz natural con oscuridad casi total. Cuanto más te acerques a este patrón lumínico ancestral, más beneficios obtendrás.
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